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Un reemplazo para el diablo- capitulo 11


En el edificio central de la multinacional Angelical ubicado en la avenida principal, George Bursh el CEO de la firma desde hace más de 22 años, está sentado en su puesto habitual de trabajo con sus dos manos sujetando su abundante cabellera gris. El simple hecho de pensar que hoy sería el ultimo día que vería aquel lugar lo ha hecho regresar a este antiguo habito suyo que posee para liberar el estrés; por alguna razón que desconoce la junta directiva ha decidido removerlo de su cargo y por si fuera poco lo han echado de la firma en el proceso. Muchos pensarían que un hombre con su vasta experiencia en el negocio inmobiliario no tendría problemas en encontrar un puesto de trabajo similar en alguna de las empresas rivales de la industria, pero por alguna razón inexplicable en el momento en el cual mando su curriculum las demás compañías lo rechazaron rápidamente. Estaba atado de manos, por una política interna de la empresa, que el mismo diseño, no recibiría su compensación económica por ser despedido hasta dentro de un año y medio, mientras que todos sus ahorros estaban invertidos en bonos del estado cupón cero intransferibles que vencían dentro de diez años, tampoco podía pedir créditos, es decir, dentro de un año y medio no tendría dinero para costear sus gastos básicos ni mucho menos mantener el costoso estilo de vida de su familia. Nunca pensó que llegaría el día en el cual sería despedido, por un lado, durante su rol de CEO la empresa había crecido casi un 6000% en los últimos diez años, entregando siempre resultados operacionales positivos. Por el otro extremo conocía a la mayoría de los grandes accionistas de la firma y tenía una buena relación tanto personal como profesional con ellos, logrando tener casi al 68% de la participación total de la compañía apoyándolo, no había razón alguna para que lo echaran de esta manera
—Susan...— dijo el hombre con un tono ahogado a su secretaria, una mujer mayor de 50 años que lo había acompañado en su trabajo desde hace más de 23 años
—Dígame señor...— pregunto la mujer con una mirada tierna, que fácilmente podría ser confundida con la mirada de una mujer a su amante. Sino fuera porque ella era una mujer felizmente casada y George un hombre estrictamente religioso que respetaba los limites sagrados del matrimonio, casi como un credo; seguramente ella y él habrían terminado en la típica aventura del jefe y su secretaria luego de tantos años trabajando juntos, pero ahora la única forma en la cual ella podía mirarlo era como la de una madre que ve con tristeza como su hijo se tropezó, aun cuando él es dos años mayor que ella
—Dime por favor... ¿en qué me equivoque...? — pregunto el hombre sin entender aun la razón de su despido
....
Eleodoro veía con una mirada feroz a Bartolomé, su mente de adolescente aun no podía entender la forma por la cual aquel chico pobre había conseguido que despidieran a su padre; desde su punto de vista aquello era algo imposible de conseguir.
— ¿¡qué clase de sucio truco usaste para hacerlo...!?— volvió a preguntar al no encontrar una respuesta lógica a su pregunta por más que lo pensaba
— Vamos mi querido Eleodoro, no tienes por qué ser tan hostil conmigo. Cuando me miras así con esa mirada de odio lo único que consigues es que se me parta el corazón— indico Bartolomé fingiendo tristeza— Lo único que hice fue dar de baja a un trabajador de la compañía que iba en contra de los objetivos que tengo planeado para la empresa. Sonara difícil, pero un hombre de negocios como yo debe de asegurarse de que su inversión rinda lo máximo posible— respondió acomodándose en su pupitre nuevamente
— ¿de qué diablos estás hablando...? — pregunto Eleodoro confundido
— digamos que compre unas cuantas acciones de la multinacional Angelical — respondió con calma Bartolomé
— ¡No juegues conmigo...! — grito Eleodoro molesto al escuchar tales palabras— mi padre es el CEO de la empresa, no hay manera de que un persona como tú con unas cuantas acciones pueda echarlo— indico
— en circunstancias normales eso sería correcto, pero si esas cuantas acciones suman el 50% +1 del total emitido por la empresa me convertiría automáticamente en el accionista mayoritario y me daría derecho a elegir a la directiva de la empresa— contesto con calma Bartolomé
— eso es imposible, la multinacional Angelical vale por lo menos tres mil millones de dólares, no hay manera de que una sucia rata como tu haya podido comprar el 50%+1 de sus acciones— indico Eleodoro incrédulo
— para ser exacto compre el 70% de las acciones, también quería el derecho de enajenar bienes de la firma sin tener que preguntar al resto de la junta de accionistas— contesto Bartolomé con una sonrisa juguetona— tengo que reconocer que no fue una tarea sencilla, primero tuve que localizar a los accionistas minoritarios de la firma y comprarles sus derechos por un precio mayor al de mercado, cuando adquirí el 20% las cosas se hicieron más difíciles y tuve que entrar a negociar con los grandes accionistas, incluso hubo un tipo que deseo comprarme el 20% que con esfuerzo gane, pero cambio de parecer cuando le ofrecí el triple por el porcentaje que él tenía. Al llegar al 40% empezaron los problemas legales de los mercados financieros y tuve que contratar personal que se encargara de los trámites legales, cuando supere el 50% y quise el 20% que me faltaba para lograr mi objetivo tuve que negociar con el estado ¿sabías que era el dueño del 25% de participación? Eso es algo que ni siquiera yo sabía. Si te he de ser sincero me siento estafado con esa compra, el estado es mucho más avaro que cualquier otro inversionista, me exigió diez veces más por sus acciones que el resto para adquirir apenas el 20%...
— ¡Déjate de decir tonterías...! — dijo Eleodoro enojado de tanta palabrería— no hay manera en la cual una sucia rata como tu tenga el dinero necesario para comprar el 70% de las acciones de una multinacional, incluso el 1% sería algo difícil de creer— indico
— reconozco que fue bastante difícil reunir el dinero necesario, hice cosas de las cuales me arrepiento de solo recordarlas, pero no importa cuantos años pasen o cuanto cambie la sociedad humana a medida que avanzan los siglos; el camino para ser un hombre rico sigue siendo el mismo— contesto Bartolomé colocando su mano en la cabeza de Eleodoro— me pregunto si un niño mimado como tu será capaz de encontrarlo también luego de perderlo todo— añadió riendo para luego darse la media vuelta — no lo tomen como una amenaza, pero nunca se cuándo necesitare invertir en otra compañía. A menos que quieran que la de sus padres sean la siguiente les sugeriría buscar otras amistades— termino diciendo al aire; palabras que claramente iban dirigidas a los secuaces de Eleodoro
—esto no puede estar pasando...— decía Eleodoro con tono temeroso mientras dirigía su mirada a aquellos que consideraba sus amigos—seguramente él debe de estar bromeando, no hay manera de que una sucia rata como esta haya podido comprar una compañía tan grande como la Angelical. Seguramente se trata de una coincidencia que él está ocupando a su favor, la economía tiene que estar enfrentando una recesión como suelen decir en las noticias y de alguna manera esta recesión golpeo a mi padre ¡Chicos por favor! No es posible que le vayan a creer a este mentiroso— indicaba con un tono de voz suplicante a sus colegas, como intentando encontrar un poco de apoyo de su parte o que al menos alguno de ellos le dijera que esto era un simple sueño de pesadilla y que cuando despertara todo sería como antes; pero sus colegas de crímenes únicamente se limitaron a mirar a otro lado mientras se alejaban lentamente del e iban al lado de Bartolomé— Mi padre era el CEO, este no puede ser el final de su carrera profesional, en cosas de minutos habrá millones de ofertas de trabajo para él y aunque no lo encontrara seguramente tendrá ahorros, no hay forma en la cual yo me haya convertido en un chico pobre. Vayamos a comer helado tal y como habíamos planeado, seguramente la cajera de la tienda se sorprenderá al ver la basta fortuna que poseo, puede que incluso llegue a comprar el lugar si estoy de buen humor— añadía mirando con esperanza a las dos chicas que antes lo alababan como si fuera una deidad
—Lo siento Eleodoro, pero no puedo poner el riesgo el trabajo de mi padre solo por estar cerca de ti, sé que en mi situación tu harías y lo mismo; espero que puedas perdonarme— contesto la chica de pelirroja caminando en dirección a Bartolomé junto con la de lentes quien ni siquiera se molestó en dar explicaciones
— ¡qué clase de broma es esta...! — gritaba al ver la reacciones de sus "amigos"— me dijiste que no eras una chica fácil, me dijiste que no ibas detrás de mi dinero incluso me dijiste que era apuesto. Con mi rostro no debería ser un problema reunir el dinero necesario para volver a mi estilo de vida habitual— indicaba mientras sujetaba la manga de la chica que anteriormente le coqueteaba, una pequeña parte del tenía la esperanza de que aquellas palabras fueran verdad
—Por favor no me toques...— decía ella con tono temeroso, como el de una mujer que, al interactuar con su acosador personal, para luego soltarse e ir corriendo a los brazos protectores de Bartolomé— te pido por favor que no me vuelvas a hablar— añadió presionando su desarrollado busto en el brazo en contra del brazo derecho del ahora nuevo monarca del salón, quien en su rostro tenía una sonrisa llena de satisfacción al ver la desesperación de Eleodoro
—No se preocupen chicas, si lo que ustedes buscan es dinero y helado gratis yo perfectamente puedo comprarlos para ustedes, no tienen por qué pasar más tiempo con este sucio animal pobre— indico dándose la vuelta para salir del salón, ahora que le había otorgado su justo castigo a un sucio pecador no tenía más asuntos que atender en aquella academia; pero antes de que pudiese dejar el salón una voz suave y tierna voz dijo desde el lugar que dejaba atrás
— ¿te encuentras bien Eleodoro...?

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