sígueme en wattpad

Un reemplazo para el diablo- capitulo 14





Era una tarde demasiado fría para ser de primavera. Alicia caminaba de brazos cruzados en dirección a su humilde y pequeño hogar; todavía estaba enojada por lo que había sucedido hoy en el colegio. No quería hablar con nadie en aquel momento, solo deseaba llegar a su casa, abrir la puerta, y tirarse en su cama a dormir por el resto del día. Hace dos días Bartolomé, un chico que era muy parecido a ella, llego con una gran fortuna a la clase y destruyo en proceso la vida social de Eleodoro; volviéndose desde su punto de vista un verdadero cretino. Y hoy, ese mismo Bartolomé ha intentado abordarla como si se tratase de un maldito "Playboy".  "¿acaso ella parecía una chica tan fácil de comprar?" Era lo que se preguntaba en su mente, pero en realidad no era eso lo que la tenía molesta e irritada; lo que realmente la tenía inquieta era la idea de pensar que ella se podría llegar a comportar igual que Bartolomé si llegaba a tener dinero.
A medida que la solitaria chica iba caminando por el barrio comercial, se fue dando cuenta de las miradas de asco y lástima que la gente le daba al verla; lo cual era bastante lógico dada su apariencia y forma de vestir. Pese a que asistía a una academia de élite, la ropa de Alicia estaba toda remendada, su falda, camisa y chaleco; eran de segunda mano y si no fuera debido a un tema de higiene personal; seguramente su ropa interior y sus calcetines también lo serian. En términos simples Alicia estaba peor vestida que una estudiante promedio de una escuela secundaria normal; demostrando así lo pobre y necesitada que estaba su situación económica. Las miradas de lástima que ella recibía por el simple hecho de caminar en público eran que mil puñaladas en la espalda; motivo por el cual la chica aceleraba el paso cada vez que pasaba por aquel sitio y trataba desesperadamente de mantener su mirada en el piso. Luego de enfrentar aquel molesto evento, que Alicia debía vivir a diario, finalmente llego a su casa; un pequeño departamento ubicado al final de un oscuro y estrecho callejón donde apenas podía vivir un ser humano. Ciertamente aquel lugar no podía ser llamado en ninguna circunstancia "hogar", ya que aparte de ser pequeño, poco acogedor y estar literalmente en ruinas, eran un sitio donde reinaba todo el año un frío aterrador; independiente de la época del año. Estaba llena de goteras en su interior y cada vez que llovía el agua se filtraba sin salir, quedándose estancada durante meses y generando mal olor. Quien tuviera la mala suerte de vivir allí no necesitaría ir al infierno cuando muera, ya que vivió mientras vivía en él. Si un ladrón entrase a robar seguramente dejaría dinero en lugar de llevárselo debido a la lástima que sentiría al ver el lugar. Estaba compuesta únicamente por dos habitaciones, un diminuto baño con una ducha y una pequeña habitación contigua de 9 metros cuadrados, donde apenas lograba caber una pequeña colchoneta en la cual dormir y un pequeño mueble para guardar la ropa.
Al ver que su "hogar" estaba delante de ella, Alicia aparto sus entumecidas manos de sus cálidos antebrazos y saco de su bolsillo derecho una diminuta llave oxidada llena de pequeñas manchas que parecían ser de sangre; seguramente de los anteriores residentes. Con mucho cuidado la pobre chica acerco la pieza metálica a cerradura de la puerta, evitando temblar debido al frío que sentía, pero justo antes de que pudiera insertarla y abrir la puerta, el inconfundible sonido de una lata de bebida vacía rebotando en contra del piso luego de ser pateada se pudo sentir. Al escuchar este sonido el cuerpo de Alicia sufrió un pequeño espasmo muscular y entro en su posición defensiva habitual; sabía perfectamente de quien se trataba
— Pensé que te había dicho que no quería volver a verte por aquí, tu simple presencia me causa repugnancia— dijo mientras se daba la vuelta y miraba directamente a los ojos al hombre que arruino toda su vida— ¿porque has venido de nuevo John? ¿qué me buscas quitar esta vez? —pregunto con un tono de voz lleno de odio y de rencor; el simple hecho de ver la sonrisa burlona de aquel hombre le hacía hervir la sangre
—no seas tan fría conmigo cariño, cuando lo dices de esa manera me haces sonar como el tipo malo de la película— respondió John mientras se acercaba lentamente. Vestía un elegante traje negro de diseñador junto con unos zapatos de piel de cocodrilo real, su cabello era corto y muy estilizado; un hombre con clase y apariencia extravagante
—¡¡no te me acerques...!!— grito ella sacando de su con su mano bolso un rociador de gas pimienta 
—Tranquila pequeña cocinera, no me gustaría lastimar a una linda chica como tú. Solamente he venido a cobrar el dinero que tú le debes a mi jefe— respondió John acercándose aún más
—esa deuda es de mis padres, no es mía, si quieres cobrarle a alguien ve y buscados a ellos; porque yo no te pagare nada— indico ella con tono determinado, mientras que con su mano derecha intentaba abrir la puerta detrás de ella sin que John se diera cuenta— los muy malditos me abandonaron en un orfanato de mala muerte cuando tenía tan solo 7 años y no supe nada más de ellos; hasta que tu llegaste después de 10 años para informarme que los muy sinvergüenzas me habían usado como pago de una deuda que ellos no pudieron pagar. Si esta es la forma de la vida de bromear conmigo, tengo que reconocer que tiene un sentido del humor bastante singular— añadía riendo sarcásticamente mientras sentía con alivio que sus esfuerzos por abrir la entrada por fin daban frutos; pero su felicidad no duro mucho tiempo ya que a penas la puerta de su casa estuvo abierta un gigantesco brazo rodeo su cuello y detuvo su movimiento
— ¿¡quién demonios eres tú...!?— preguntaba Alicia aterrada al ver al dueño de aquel brazo, un gigantesco hombre de 2 metros que de alguna manera entro a su casa y espero pacientemente a que ella abriera la puerta para tenderle una emboscada— ¡¡Sueltam...—intento gritar para que la ayudaran, pero rápidamente el gigante tapo su boca con su otra mano e impidió que pudiera hacer cualquier ruido; la fuerza del hombre era de otro planeta
— siendo sincero entiendo tu punto, créeme que si estuviera en tus zapatos diría exactamente lo mismo, pero lamentablemente no soy yo quien quiere recuperar ese dinero; sino que es mi jefe. Tus padres le pidieron prestado a un grupo de personas con el cual la mayoría de la gente preferiría no relacionarse, personas malas y despiadadas que no durarían en matar a una linda chica como tú con el fin de recuperar lo que prestaron — indico John ordenando con una señal al gigante que acercara a Alicia— como entiendo tu caso y siento pena por ti, te intentado ayudar dándote más tiempo del que tenía permitido para que pudieras reunir el dinero para saldar la deuda; pero lamentablemente no puedo seguir dándote más privilegios como estos o tendré severos problemas con mis superiores — se lamentaba el mafioso creyendo realmente que le estaba haciendo un favor — no te preocupes cariño seré amable contigo. Te presentare a un hombre que podrá ayudarte a reunir el dinero con el cual pagarnos, trabaja administrando un club nocturno donde no es importante y es bastante amable con las chicas que tiene bajo su cuidado; si eres obediente y trabajadora podrás pagarnos en tan solo 10 años— añadió liberando en el rostro de la joven el apestoso y nauseabundo humo del cigarrillo que tenía en la boca
—es una propuesta interesante...— dijo el dueño de una voz misteriosa detrás de John quien sin previo tomo el cigarrillo encendido en la boca del mafioso y con un rápido movimiento de manos lo apago en la frente del gigante que retenía a Alicia; quien al ser quemado de improviso no pudo retener a la joven y la dejo caer al suelo mientras gritaba despavorido— pero lamentablemente para ti yo seré el único que corrompa a esta chica— añadió. Sin comprender lo que estaba pasando los ojos confundidos de John miraron lentamente hacia atrás
— ¿quién eres tú...? — fue lo primero que pudo preguntar el mafioso al ver al responsable de que su amigo de dos metros gritara como una niña. Detrás del, un chico de no más de 17 años reía de una manera siniestra mientras veía al gigante retorcerse del dolor; como si de alguna manera aquel espectáculo le generara un extraño placer. Sin responder a la pregunta de John, él misterio chico camino en dirección a Alicia quien estaba tendida en el suelo tosiendo; aún no se recuperaba del agarre del cual fue víctima. Las marcas en su cuello demostraban lo fuertemente que había sido el agarre y al verlas lo único que el muchacho pudo sentir en su corazón fue ira; no quería que nadie más tocara su nuevo juguete — ¡Respóndeme...! — grito el mafioso iracundo al ver que fue ignorado
—cállate...— contesto el joven mientras acariciaba superficialmente el cuello de Alicia, quien pese a querer resistirse y detenerlo no lo podía hacer; ya que de alguna forma aquel leve toque aliviaba su dolor y la hacía sentir mejor
— ¿¡que has dicho...!?— pregunto John iracundo ante esas palabras
—te he dicho que te calles— contesto el joven arrojando con fuerzas un fajo de billetes al rostro de John quien lo miraba confundido
— ¿que esto...? — pregunto el mafioso
— en ese fajo hay un total de cien mil dólares, usa ese dinero para desaparecer de mi vista— contesto el chico en tono serio haciendo que el mafiosos cambiara su estado de confusión por una risa desquiciada
— ya veo..., seguramente eres uno de esos chicos ricos de la academia Baltazar a la cual esta mocosa insolente asiste — dijo John riendo entre dientes —  reconozco que tienes valor muchacho, mucho más del que yo o cualquier otro ser humano tendría a tu edad— indico el mafioso sacando otro cigarrillo— pero me temo que ni esa gran cantidad de valor ni estos cien mil dólares son suficientes para saldar la deuda que esta señorita tiene con nosotros; ni siquiera los intereses se pueden pagar con ellos— añadió
— ¿cuánto es él dinero que necesito pagar para ver tu asquerosa cara fuera de mi vista? — pregunto el joven inmediatamente sin dejarse intimidar con aquellas palabras
—wow, por lo que veo tenemos a un joven magnate aquí; me gusta cómo vas directo al grano sin darte muchos rodeos. Apuesto que eres muy popular entre las mujeres
—responde rápido, tu voz tampoco es muy agradable de escuchar— contesto el joven
—eso es muy cruel, me han dicho que una voz magistral. Viendo que no deseas seguir jugado iré directo al grano, tu amiga nos debe 15 millones de dólares— contesto John sonriente esperando asustar por fin al joven ante esa cantidad tan grande, pero lamentablemente quien se asustó no fue otro que él. Sin siquiera dudar un segundo, él misterioso joven saco de su bolsa del colegio veinte fajos de billetes de alta denominación y los arrojaba al suelo sin ninguna clase de apego hacia ellos 
—aquí tienes 20 millones — indico el muchacho dejando anonadado al mafioso quien por primera vez en su vida veía tanto dinero junto
—pensé que te había dicho 15...— indico John tomando con los billetes intentando verificar que fueran reales; todavía no podía creer lo que veía— ¿por qué me estás dando 20 millones? — preguntaba sonriente
—los otros 5 millones son para que tú y ese feo gorila quemado tirado en el piso llorando salgan de mi vista inmediatamente— contesto el joven provocando la ira del guardaespaldas quien al escucharlo se puso rápidamente de pie con la intención de golpearlo
—Espera grandullón, no seas tan apresurado ¿no te das cuenta de la situación? —intervino John sonriente— mira cuánto dinero tenemos aquí, nunca había visto tanto en toda mi miserable vida. Después de pagarle al jefe sus 15 millones podremos quedarnos sin culpa alguna con los 5 sobrantes, es decir, 2.5 millones para cada uno de nosotros. Si la única condición para quedarnos con ellos es aceptar sus insultos e irnos, yo podría perfectamente aceptar el trato ¿y tú? — añadió haciendo que el gigante de músculos entra por fin en razón y se detuviera a pensar las cosas con calma
—no veo que mi dinero este siendo bien invertido— indico el chico molesto al ver que loa dos matones seguían allí presentes
—lo siento señor no fue nuestra intención— contesto John parándose erguido para luego dar una ligera reverencia junto con el gigante — si en algún momento necesita de mis servicios no dude en contactarme, la señorita Alicia allí presente tiene mi número de teléfono, fue un placer hacer negocios con usted— añadió riendo para luego tomar el brazo de su compañero y largarse del lugar. Apenas los dos bribones se alejaron él chico misterioso se acercó a Alicia y extendió su mano para ayudarla a ponerse de pie
— ¡¡no me toques!!— grito está echándose para atrás adoptando una posición similar a la de un animal asustado y temeroso— ¡¡no necesitaba tu ayuda...!! — indico mirando con sus ojos llorosos a Bartolomé— no necesito la ayuda de nadie...
— ¿ayudarte...? ¿quién dijo que te estaba brindando mi ayuda? — pregunto sonriente el demonio sujetando rápidamente el brazo de Alicia para luego subirla de golpe y tenerla a la altura de sus malévolos ojos — lo único que hice fue comprar un juguete nuevo, bienvenida a tu nuevo infierno— añadió riendo.



0 comentarios:

Publicar un comentario

gracias por comentar