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Un reemplazo para el diablo- capitulo 5

- ¿¡¡Por qué querría yo tu trabajo...!!?- respondió Bartolomé horrorizado ante tal oferta, lo cual era de esperarse puesto que ninguna persona en su sano juicio querría el título del demonio
-a mí no me engañas Bartolomé, puedo ver perfectamente cómo eres tú, eres el tipo de hombre que no le gusta ver como abusan del más débil y que no duda en castigar a aquellos que son injustos- respondió Amadeus
- ¿y eso que tiene que ver con tu trabajo? - respondió Bartolomé sin encontrarle relación alguna
- mi trabajo no es solo ser la encarnación del mal Bartolomé, al contrario, es muchos más importante que eso, me atrevería a decir que incluso es tan relevante como el trabajo de aquel al que ustedes llaman Dios, mientras que él recompensa en el cielo a aquellos que fueron correctos durante su vida, yo castigo a los que dejaron que su codicia y avaricia los devorara, soy el ser que genera temor en el corazón de los pecadores y que permite no se dejen guiar por sus deseos mundanos, sin mí no existiría los valores como el respecto y la moralidad, soy una existencia necesaria para que exista luz, un mal necesario para el equilibrio de este universo- respondió Amadeus riendo- y tu mi querido amigo eres el candidato perfecto para ocupar dicho puesto, un humano lleno de sed de justicia y autoridad para castigar a aquellos que hicieron mal- añadió
- ¿y porque quieres dejar tan importante puesto? -pregunto Bartolomé extrañado
- excelente pregunta hijo de Adán, sin lugar a dudas una interrogante esplendida- respondió Amadeus mirándolo a los ojos – es porque ya no lo puedo soportar, año tras años, día tras día, he estado cargando con este trabajo encomendado por Dios desde el comienzo de la creación, por muy gratificante que sea una labor después de tanto tiempo incluso yo soy capaz de aburrirme del- añadió
- y por qué simplemente no renuncias- respondió Bartolomé
-no es tan sencillo mi estúpido amigo, si fuera tan sencillo no tendría que venir a este lugar a ver tu horrenda morada, ya te lo dije, mi trabajo es importante, un puesto dado por Dios en el cual no existe un reemplazo, si yo desapareciera, el mundo entraría en caos, el infierno vendría a la tierra, el apocalisis se haría realidad- respondió Amadeus aproximándose a Bartolomé hasta estar a solo centímetros de su rostro
- ¿y eso que tiene que ver conmigo...? - pregunto Bartolomé nervioso ante la cercanía de Amadeus quien sonreía ampliamente
-mucho mi querido Bartolomé, tu eres la respuesta a mis problemas- exclamo Amadeus sujetando el rostro de Bartolomé- tal vez no exista un reemplazo para mí, pero eso no significa que no pueda crearlo – añadió
-no te entiendo- respondió Bartolomé tratando de liberarse de su agarre, pero era inútil, la fuerza de Amadeus superaba por mucho a la de cualquier ser humano normal
- dime mi querido Bartolomé ¿alguna vez has escuchado hablar de los pactos con el diablo? - pregunto Amadeus soltándolo
-- son unos contratos prohibidos entre un demonio y un mortal, en el cual se ofrece un alma a cambio de un favor- respondió Bartolomé
-precisamente mi querido Bartolomé- contesto Amadeus sonriendo- sin embargo ¿sabes por qué están prohibidos? - volvió a preguntar mirando detenidamente la cara de Bartolomé quien parecía no tener respuesta ante esta pregunta- están prohibidos por que son capaces de ir en contra de la voluntad divina, no importa lo que se desees los contratos de Satanás son capaces de concederte todo lo que tú quieras, volverte un hombre rico y feliz, alargar tu esperanza de vida, revivir a un ser querido...
- ¿o incluso ser Dios...? - interrumpió repentinamente Bartolomé
-pero que gracioso...- respondió Amadeus sumergido en un repentino ataque de risa desenfrenada – no importa cuántos años pasen siempre existirá un ser humano que me haga esa pregunta, les ofrezco la oportunidad de pedir lo que ellos deseen y siempre quieren lo que a simple vista parece imposible, nunca poder comprender que tan ambiciosos pueden llegar a ser- exclamo tratando de parar su risa, mientras miraba de reojo a Bartolomé quien parecía estar hablando enserio- si...la respuesta es si mi querido Bartolomé y al mismo tiempo es no, todo depende de la calidad del alma que se de en ofrenda- respondió
- ¿la calidad...? -preguntó Bartolomé extrañado
- ¿porque crees que lo contratos con el diablo piden como ofrenda un alma a cambio de un simple favor? - pregunto Amadeus riendo- acaso eres de los que piensan en la creencia popular de que los demonios devoramos almas, si es así déjame decirte que estas equivocado, el alma no es un objeto material ni aquí ni el más allá, lo que ustedes conocen como alma o espíritu es en realidad un indicador de destino post muerte, similar a la aguja de una brújula, la cual apunta al cielo y al infierno, dependiendo de la cantidad de buenos y malos actos que cometas durante tu vida, los pactos con el diablo lo único que hacen es fijar permanentemente dicha fecha en dirección al infierno- respondió
- ¿y eso que tiene que ver? - pregunto Bartolomé sin entender lo que Amadeus le trataba de decir
-piénsalo detenidamente Bartolomé ¿de qué le serviría al demonio contratante firmar un pacto con un hombre cuyo destino ya está sentenciado al infierno? la respuesta es de nada, pese a lo que se piensa, los pactos con el diablo no fueron hechos para ser realizados con pecadores, al contrario, fueron creados para sentenciar el alma de humanos justos al infierno- respondió Amadeus
- ¿¡¡porque!!?- grito Bartolomé al escuchar tal noticia
- tu no serias capaz de comprenderlo Bartolomé, para un demonio castigar a un pecador es un gran deleite, sin embargo, torturar a un hombre que durante su vida nunca hizo nada malo, es un placer que no tiene comparación- respondió Amadeus con una sonrisa maquiavélica- es por eso que la calidad del alma es importante para determinar el valor del deseo a conceder, mientras más pura e inocente sea el alma de la persona, significara un mayor nivel en el deseo, como compensación de renunciar al paraíso-añadió
- y por eso que necesitas mi alma- comento Bartolomé
- preferentemente me gustaría obtener el alma de algún infante, sin embargo, sus destinos están protegidos por Dios hasta que cumplan los diez años, no obstante, tu alma tiene el valor necesario para cumplir con mi objetivo- respondió Amadeus riendo
-dejar de ser Satanás- respondió Bartolomé
-lamentablemente no vale lo necesario como para robarme el cargo durante mucho tiempo, no obstante, si me puede apartar del infierno durante un periodo de un año, lo suficiente para despejar mi mente y tener unas breves vacaciones- respondió Amadeus
- ¿me pides que renuncie al cielo para hacer realidad tu deseo de vacaciones? ¿¡¡acaso estás loco!!?- exclamo Bartolomé molesto ante tal propuesta tan irracional
- es un excelente argumento chico, sé que suena irracional si lo miras así, no obstante, no soy tonto, es bien sabido lo buen comerciante que puedo llegar a ser, si bien es cierto los contratos con el diablo condenan el alma de quien firma al infierno, esto no significa que su destino sea sufrir- respondió Amadeus
- ¿qué tratas de decir? – pregunto Bartolomé
- si firmas un contrato conmigo para reemplazarme en el infierno durante un año, cuando llegue el momento en el cual mueras, tu alma será enviada al infierno, pero no serás tratado mal, al contrario, tu existencia espiritual será cambiada por la de un demonio de gran nivel, es decir, serás un general en el infierno, serás un castigador- respondió Amadeus sonriendo
- ¿en serio piensas que eso me hará firmar un contrato contigo? - contesto Bartolomé
- piénsalo detenidamente Bartolomé ¿sabes cuantos humanos llegan hoy en día al cielo? Solamente el 3% de los que mueren año tras año, de los cuales más de la mitad son niños que no alcanzaron a cumplir los diez años, es muy raro que un adulto llegue a ese lugar y lo que es incluso más gracioso, un simple pensamiento impuro que se tenga allí puede hacerte caer directamente en el infierno durante el resto de la eternidad- exclamo Amadeus riendo- seamos sinceros un chico con tu situación socioeconómica tan precaria, tarde o temprano cometerás algún pecado que lo sentenciara al reino de las tinieblas e incluso aunque llegaras a morir con los requisitos necesarios para ir al cielo ¿enserio crees no tener nunca un pensamiento de odio o ira?, lo que yo te ofrezco es renunciar al paraíso conocido, a cambio de uno libre de reglas y requisitos en el infierno- indico Amadeus desvaneciéndose entre las llamas y apareciendo detrás Bartolomé quien lo miraba atónito- no te quiero obligar a nada Bartolomé, es por eso que dejare este contrato en tus manos- dijo haciendo aparecer de entre una bola de fuego suspendida en su mano, un pedazo de papel rojo escrito en letras doradas, el cual coloco delante del humano allí presente- una vez lo firmes nuestras vidas serán cambiadas por un periodo de 365 días, en los cuales tú serás el rey del inframundo y yo un simple mortal conocido como Bartolomé, pero tienes que pensarlo rápido, cuando el primer rayo de luz proveniente del sol salga mañana, el contrato se desvanecerá y tu olvidaras todo lo sucedido esta noche- indico Amadeus volviéndose poco a poco cenizas que se desvanecían apenas se iban creando – piénsalo eres un chico inteligente-añadió antes de que su cuerpo fuera transportado nuevamente al otro mundo.
Eran las 5 de la mañana del 10 de abril del año 2016, un chico llamado Bartolomé estaba recostado tranquilamente en su habitación, los rayos del sol entraban por su ventana y al sentirlos en su rostro una risa desenfrenada comenzaban a invadir súbitamente su cuerpo, una risa maquiavélica que iluminaba sus ojos como si un deseo se le hubiera concedido.

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